Un urbanismo de dispositivos: Los medios que nos llevan a avanzar y a hacer buen urbanismo son necesarios en nuestra profesión.

Un urbanismo reflexivo: Está permanentemente, hay que conocer e informarse durante todo el proceso del urbanismo, antes, durante y después. Y es muy importante para saber qué hacer en cada momento.

Un urbanismo precavido: Siempre hay que andarse con cuidado, teniendo en cuenta los efectos y exigencias que se piden. Hay que tener claro los objetivos a llevar a cabo y realizarlos con una visión de futuro prudente. 

Un urbanismo participativo: Diría que es de los factores más importantes, ya que un urbanismo es el resultado de varias intervenciones, ideas, opiniones, no sirve con una única opinión sino la de un conjunto, o incluso la combinación de todas ellas.

Un urbanismo flexible: Capaz de variar, de ser dinámico, de adaptarse a las necesidades de una sociedad en el tiempo.

Un urbanismo heterogéneo: Compuesto de varias soluciones, que sea capaz de crear diferencias, de cambiar, ser reiterativo.

Un urbanismo estilíticamente abierto: A pesar de todo lo que debe de incorporar un buen urbanismo, desde lo político, cultural, social, funcional, además a de tener un componente formal y estético, que sea capaz de atraer a la gente aunque solo sea por la apariencia.

Un urbanismo multisensorial: Se puede considerar el mayor de los logros, ya que un lugar se capta por los sentidos, el sonido, el bullicio que se genera, la fluencia, la circulación, el tacto, la materialidad, la visión, las actividades que se desarrollan, la orientación, y múltiples factores.

Es decir, el neourbanismo es un plan que requiere de más experiencias y conocimientos, ya que hasta el momento son simples pensamientos.