La idea de la dualidad entre lo formal y lo informal es un clásico, siempre se ha planteado el modo de afrontarlos con respecto a la ciudad. Hablamos de una relación que necesariamente depende de la otra para mantener un nivel de vida como el actual. La ausencia de formalidad decae en zonas reprimidas como las favelas y las chabolas, y la falta de informalidad conlleva el excesivo orden repetitivo de cada uno de los elementos, por ejemplo los grandes ejes resultados del plan Haussmann.

Es el equilibrio de éstas lo que se ha de buscar; la incentivación de arquitecturas y urbanismos, modernos, rompedores y atrevidos dentro de la propia lógica formal de la ciudad y nuestro tiempo, sin líneas rojas a destiempo y sin creaciones innecesarias fruto del descontrol.