Nos encontramos ante un documental que repasa el urbanismo de diversas ciudades a lo largo de su historia. Dada su densidad me centraré en determinados temas que me han parecido interesantes.

Anteriormente ya habíamos hablado en otro de los textos de la capacidad que tenían que tener las ciudades para conectar a las personas. “Ser urbano tiene que ver con conectar a completos desconocidos”. Y este tiene que ser uno de los desafíos para el urbanista: en lugar de buscar la mera forma debe centrarse en analizar bien las necesidades de los ciudadanos para encontrar un espacio en el que todo tipo de personas quieran estar. Con esto está también relacionado una cuestión de espontaneidad: hacer de esta interrelación un hecho casual, que no sea la propia persona la que deba amoldarse a la ciudad sino que la ciudad se amolde a estos para que estos hechos ocurran de esta forma espontánea de la que hablamos.

Otro de los factores a tener en cuenta es la escala: en el video habla de por qué suelen gustar tanto las calles de Italia. Esto tiene que ver con la escala, porque sus ciudades están hechas para una escala humana. Y es que la escala que tiene el tráfico no es la misma para una persona a pie. Además entra en juego no solo este factor de escala, sino una conjunción de experiencias sensoriales: el olor, los colores y ambientes sonoros crean una experiencia que hace de las calles italianas lugares únicos.