Hay dos tipos de ciudades, la natura y la artificial. La primera la llama así porque ha surgido sola y se ha ido conformando según el crecimiento espontaneo que ha sufrido, la segunda, es artificial porque ha sido creada a partir de un plan claro y conciso creado por un arquitecto. El título de este texto proviene de su afirmación de que la ciudad que se organiza de manera natural se parece más a la estructura de un árbol con bordes que entran y salen que a un planteamiento reticular. Además, con los ejemplos que pone sobre los conjuntos y subconjuntos, nos muestra como las ciudades no son solo un gran conjunto que tiene una entidad común, sino que están compuestas por pequeños subconjuntos que se caracterizan cada uno de una manera. Al final, sean modernas o antiguas las ciudades, siempre tienen en su estructura un sistema en árbol, ya que por una forma u otra, del elemento general de ciudad se va pasando a otros más pequeños que son sus componentes. Pero sin embargo la estructura social no encaja en la de un árbol ya que las funciones se tienen que superponer y mezclarse unas con otras, formando otra estructura diferente.

Para el autor del texto, la organización perfecta sería en semirretículo, pero no es fácil la mezcla de todos los sistemas para que interaccionen unos con otros de forma fluida. Para explicar esto habla de las relaciones sociales como semirretículo donde uno conoce a unos amigos y estos amigos a otros diferentes del primero. Esto es fácil en las relaciones sociales pero no en la ciudad. 

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