Los ejes de una ciudad son espacios entre arquitecturas, pensados, que distribuyen y organizan otros espacios. Sus direcciones rectilíneas y sus dimensiones planificadas permiten mayor fluidez y  facilidad al tráfico rodado.

Para el diseño de estos ejes es fundamental  atender a lo que ya existe en el lugar. Por ejemplo, no es lo mismo una ciudad rural donde el trazado puede seguir una geometría más libre para adaptarse que el trazado de una ciudad urbana donde deberá regirse en función del flujo de transportes que por ella va a circular. El eje deberá cambiar de dirección tantas veces como sea necesario para adaptarse.

Por otra parte, la relación eje/arquitectura está muy enlazada ya que si están bien definidos estos permitirán conocer a la arquitectura, encontrándonos siempre al final de estos ejes  grandes edificios arquitectónicos que se convierten en puros hitos de una ciudad.

Lo ideal  es que la calle no sólo se convierta en un elemento de tránsito, de paso, sino que sea capaz de otorgar identidad al espacio urbano. Pues el resultado de la imposición de la vida humana en el entorno puede convertirse en elementos que dan coherencia a la ciudad, conviertiéndose en zonas de gran atractivo y en ciertas ocasiones pasar a ser una parte esencial para entender el tejido urbano.

Fuente fotografia: http://es.paperblog.com/el-modelo-de-la-ciudad-lineal-15701/