Como este texto indica y al igual que muchas novelas e historias, las ciudades son parte de nuestra vida en muchos sentidos, la necesitamos en muchos sentidos sin nosotros darnos cuenta.

Por ejemplo, por un lado esa necesidad de como el protagonista, de salir a la calle y simplemente mirarla y observarla sin importar el tiempo, de notar simplemente la brisa en la cara, o el calor del sol.

Las distintas historias que nos muestran las novelas, siempre van acompañadas de descripciones muy exactas y humanas de los lugares donde transcurren las acciones por ese mismo motivo. Las calles y la ciudad son el escenario de la actividad humana, el lugar donde al final vivimos. Calles que como en el texto dice, cambian según la hora, la gente, sin darnos cuenta nuestra percepción de la calle cambia al cambiar pequeños variantes.

Un escenario con infinitos actores e infinitos puntos de vista, lugares más o menos populares, lugares que sirven también para entender nuestra posición sobre la sociedad. A veces simplemente necesitamos salir y entender que no estamos solos, que todo lo que nos rodea está de una determinada forma porque alguien pensó en la ciudad en nuestra forma de vivir. 

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