Koolhaas enfatiza la rapidez con que están creciendo las ciudades en estas últimas décadas. Las arquitecturas se superponen unas sobre otras y unas al lado de otras, creando ciudades que se alejan del pensamiento urbano en su complejidad. Los urbanistas son “derrotados” ante esta apoteósica urbanización que ha modificado la ciudad hasta hacerla irreconocible.

Lo que encuentro más interesante de este escrito de Rem Koolhaas es el término que introduce de la “incertidumbre” en el urbanismo. Con esto no quiere decir que no se tenga clara cuál es la actuación, como puede sugerir la palabra. Se trata de crear un urbanismo que se desdibuje, donde las fronteras entre urbanismo y arquitectura no estén claras, desaparezcan.

Lo que se subraya es no actuar tanto en  elementos de arquitectura, sino más en infraestructura, en repensar las ideas básicas a la hora de actuar en una ciudad. Personalmente pienso que se trata de una manera muy inteligente de hacer urbanismo porque nos obliga a actuar en tejidos, en elementos fundamentales de la ciudad, que no colocar volúmenes que se impongan sin sentido. Porque, como dice Koolhaas, “más que nada, la ciudad es todo lo que tenemos”.