Proyecto y arquitecto son dos palabras que no se entienden la una sin la otra, porque el arquitecto es quien se encarga de proyectar, ese es su papel a nivel general sea el ámbito que sea. 

En un proyecto de edificación el arquitecto debe dar respuesta a las necesidades de un número más o menos reducido de personas, crea espacios únicos y valiosos en mayor o menor medida, siempre configurando un orden en su obra, y partiendo de una idea básica que mueve su proyecto. En el proyecto urbanístico su papel sigue siendo el mismo, pero esta vez a gran escala, dando respuesta a necesidades de grandes masas de personas, y creando espacios urbanos, que no sólo deben corresponder a construcción, sino a rehabilitación de zonas abandonadas de ciudad, creación de zonas públicas y privadas, establecimiento de edificios de emergencias... donde el papel de la sociedad que habita la ciudad cobra gran importancia; por ejemplo, no es lo mismo desarrollar un parque en una zona marginal de una ciudad que en sus barrios ricos. Además cobra importancia el factor temporal, por ejemplo, lo que siglos atrás era foco de la ciudad como la catedral de la misma, en un tiempo actual tan sólo es un monumento, los focos importantes se centran más en estar cerca de comercios, oficinas...

En resumen, el papel del arquitecto es crear espacios, en el caso del urbanismo, a gran escala, donde trata de dar respuesta a cómo habita el ciudadano en su tiempo.