Reflexión: el arte de planificar el sitio, por Kevin Lynch

Creada el 14 de Noviembre de 2014 a las 01:30 por PabloMorales

Proyecto: Urban Games 2014
Tema: Diálogos
Coordinadores: abarca dacama

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Descripción

Reflexión del texto "el arte de planificar el sitio" de Kevin Lynch

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Kevin Lynch comienza su reflexión preguntándose sobre la calidad de las zonas que se planifican estrictamente comparadas con otras que parecen que surgen espontaneamente.

 

¿Hasta que punto han de ser planificadas, si las que parecen espontaneas nos resultan de más calidad, más bellas, más calidas?

 

No renuncia a la planificación, pues las necesidades y la técnica de la que la sociedad actual hace gala nos encomienda a esta labor, y determina que cualquier espacio urbano en sí esta parcialmente planificado, por lo que hay que buscar el equilibrio, y este equilibrio consiste en el emplazamiento.

La "no planificación" surge de la profunda aprehensión del entorno que permite establecer un espacio que parece no planificado, un espacio que parece nacer naturalmente del entorno. Es tal su relación, que resulta que no la respetamos y no vemos el poder definitorio que tiene para planificar un buen proyecto. Por separado no entendemos el proyecto, pero el entorno sí, por lo que es tal su fuerza que nuestros proyectos han de ser una natural prolongación de sus efectos.

La interesante discusión que nace de esta reflexión respecto al método que han de seguir los diseñadores para respetar este equilibrio entre nosotros y el entorno y un buen proyecto, e que sepa servir y mostrar belleza: consiste en conocer completamente, hasta el nivel de aprehensión, todos los contextos, de los objetivos que estos contextos plantean (usuarios, medio ambiente, funcionalidad, política,... etc), pero conocerlos y saber ser críticos con ellos.

 

De nuestro aprehensión del contexto podemos saber ser críticos con él, saber cuales elegir, saber plantearse bien el problema que subyace en los entornos tanto físicos como sociales.

De aquí, logramos crear espacios de gran calidad, saber ampliar nuestro conocimiento y nuestro pragmatismo de cara al diseño de espacios. Al igual que nos enseñó Koolhaas en su texto, no podemos ser diseñadores de laboratorio e implantar diseños que atenten contra el equilibrio del emplazamiento, pues tiene este tanta fuerza que nuestros dogmas son ridículos. Hay que saber apreciar lo ue el entorno nos lanza, recogerlo y sintonziar con él, mostrarlo a ojos ajenos, disfrutar de él y potenciarlo.

 

Solo de una actividad crítica, de un buen planteamiento de lo que te pide el entorno, puedes ser un buen diseñador, aquel que logre crear algo que el entorno, por sí solo, te lo hará merecer al entrar en sintonía ambos.

Saber ver mediante la reflexión, saber crear junto al lugar.

 

 

 

 

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