La planificación, la forma en que distribuimos un espacio siempre debería estar condicionada por los agentes externos al planificador. Tales como la topografía del terreno, el clima, el soleamiento, también la opinión de los clientes, las personas que posteriormente van a habitar ese espacio.

Pero no siempre es así, no se produce una distribución equitativa del espacio e incluyo llegamos a modificar los microclimas, las temperaturas en espacios demasiado concentrados y la dirección de los vientos.

Nuevamente la economía influye en este ámbito, igual que las nuevas tecnologías que proporcionan nuevas formas de vivir. Lo que tenemos que tratar, los encargados de hacer estas distribuciones es de hacer unos espacios lo más confortables para vivir, para las personas que actualmente las habitan y para las generaciones futuras.

Se ha hablado de la planificación como un proceso reiterativo, que ha de seguir ciertos pasos, pero creo que esto va mucho más allá, es necesario conocer la historia, prever el futuro y las necesidades de las personas. Muy necesario para crear un entorno óptimo.