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En este texto hay que destacar la idea de pensar el urbanismo como el estudio de lo particular hasta lo general, de los problemas particulares a las soluciones generales, desde la residencia, a la calle, o más bien desde el ciudadano hasta el barrio. De esta manera se pretende dar respuesta a las particularidades que nos hacen funcionar como seres que responden a estímulos de fuera, con necesidades específicas y capaces de interaccionar con el medio, de variar cuando es necesario. De un urbanismo cada vez más complejo, cada vez más vivo, y en la misma línea cada vez más, a mi parecer, inalcanzable, sobre todo si entendemos urbanismo como planificación, ya que, llegados al nivel de especificidad y concreción mencionados, no hay más posibilidad de alcanzar este grado de adaptación de la ciudad al hombre que dejar de planificar al milímetro y pretender controlar todo lo que creemos que sucede en la ciudad.