Las periferias de las ciudades con sus bloques residenciales son un fracaso, puesto que no facilitan la relación de vecinos y aislan a las personas que viven dentro de ellas si son parecidas a las Unité de Habitations, las aislan de las zonas culturales. Crean suelos vacíos y descuidados, provocando un panorama desagradable que no conlleva a la relación o encuentro de personas en ellos. Las periferias podrían llenarse de lugares culturales para no aislara los individuos y conectarlas con el resto de las ciudades. 

El suelo y la propiedad deberían de analizarse como se estudiaban las portadas renacentistas, hasta con el más mínimo detalle, puesto que a veces no lo hacemos y creamos espacios invivibles o poco funcionales.

El urbanismo tiene que ser analizado desde lo particular a lo general, para que pueda funcionar, porque si lo hacemos al revés, podemos crear algo que no funcione, puesto que se adapte a lo general y no a lo particular de los individuos que lo demandan.

No debemos aplicar a dos ciudades los mismo criterios urbanísticos, puesto que no hay dos ciudades iguales, cada una tienen sus particularidades y necesidades, no debemos cortar y pegar de unas ciudades a otras.