Muchas de las referencias que encontramos en la ciudad no están allí por casualidad, nos ayudan a orientarnos, a crear un camino entre lugares diferentes. El ejemplo más claro lo encontramos en la colocación de hitos en las ciudades para ayudarnos a encontrar un camino, a localizarnos en una gran ciudad, a dejar huella en el territorio.

   El trazado de lugares requiere tener en cuenta en cada caso el entorno en que nos encontramos, para elegir la forma más adecuada con la que adaptarnos a él, apostando en la mayoría de los casos por la simplicidad.

   En muchas ocasiones la cuestión de trocear, delimitar el trazado de la ciudad, cobra más importancia en sus divisiones más pequeñas: barrios, manzanas...intentando hacer de ellas algo singular, que en gran conjunto forme parte de la ciudad, y nos aporte dentro de ella espacios singulares.

   Desde mi punto de vista, ésto forma una parte muy importante a la hora de trazar el territorio, el juego de escalas, creando lugares de calles estrechas, pequeñas plazas escondidas, como encontramos en el caso de Granada, en el Albaicín, o lugares de mayor escala como encontramos en el centro de la ciudad. Marcando a la vez una forma peculiar en sus espacios edificados, o una forma geometrica muy evidente, como en el caso del centro de la ciudad.

   Algo que no hay que olvidar, es tener en cuenta la historia del territorio en el que nos encontramos, ya que lo que planificamos en un presente, formará parte de la historia de éste en algún momento, y tendrá una repercusión en el futuro.

Fuente de imagen: http://www.granada.org/inet/wpgo.nsf/xwplanos/7082affbfe0f3fc2c1256e27007bb096!OpenDocument