Debemos tener en cuenta que un proyecto puede, y debe transformar el espacio urbano, en mayor o menos medida, dependiendo siempre del programa a resolver, y de la solución obtenida. Podríamos incluso hablar de que la arquitectura puede limitar o ampliar las posibilidades del urbanismo.

Los arquitectos, desde mi punto de vista, nos vemos en la constante lucha de ser sensibles con la colocación de los nuevos elementos, siendo capaces de ligar y equilibrar las necesidades de la sociedad con proyectos bellos y agradables, a la par que funcionales. Y que importante es, para lograr nuestros objetivos de forma correcta, acudir y referenciarnos en la historia, en lo ya construido y vivido, siendo conscientes de que nuestra intervención, con el paso del tiempo, pasará a formar parte de ella.

Pues en definitiva nuestro trabajo no se trata de responder a nuestra necesidad de diseñar, sino proyectar para complacer la necesidad de la sociedad.