Existen muchos tipos de ciudad, tantos como culturas hay. Ciudades más domésticas, otras más públicas, o incluso una fusión de ambas.

Estas ciudades adquieren estas tipologías por las personas que las habitan y esto de algún modo u otro queda reflejado en las calles y edificios. En el momento en que la ciudad se deja de construir basándose en la manera de vivir de cada sociedad esta se queda ‘’sin alma’’ y creo que el verdadero urbanismo es el que se encarga de dotar a las ciudades de alma. De no ser así aparecen ciudades que solamente son capaces de producir y que al fin y al cabo cuesta habitarlas. Además las ciudades deben ser capaces de cambiar y absorber las demandas de la población.

En conclusión la ciudad debe estar moldeada por sus habitantes y seguir el camino que estos en cada momento de la historia necesiten.