Se distinguen dos modelos de urbanismo, el informal, las ciudades se originan dependiendo de las condiciones geográficas del lugar y el formal, donde las ciudades se crean mediante leyes y normas urbanísticas.

Personalmente me parece más importante en cierta medida  el urbanismo informal que el formal, ya que las leyes evolucionan a lo largo del tiempo, pero las condiciones geográficas a las que se enfrenta una ciudad perduran, tanto para un proyecto de vivienda aislada, como sobre todo para diseñar una ciudad entera lo único que hace que una obra no se convierta en un mero objeto es una especial atención al entorno, hacer que tanto la obra arquitectónica como la naturaleza que lo rodea dialoguen mutuamente. Como dijó en una charla Torrecillas “Ojalá algún día la arquitectura sea una prolongación de la naturaleza y no algo que le imponemos”.

El problema de las ciudades-objeto ha sido el no saber utilizar de manera correcta la tecnología. En estos tiempos donde está todo inventado y todo es posible, donde tiramos de máquinas para adaptar el terreno a nuestro antojo, hemos modificado la naturaleza en vez de unirnos a ella. Debemos de volver a nuestros orígenes y usar la tecnología no para transformar el entorno natural si no para ayudar a insertarnos en él.