El texto de Ganar la calle, de François  Ascher, empieza por plantear unas cuestiones definitorias de lo que conocemos como calle. Pero, me detengo en la parte en la cual se centra en cómo la vía o calle ha ido cambiando a lo largo del tiempo, siguiendo una trayectoria paralela al desarrollo de la tecnología, y con ello, el crecimiento de los medios de transporte y la necesidad de ello. Cómo en las ciudades, a medida que ha pasado el tiempo, y se ha ido produciendo todas estas circunstancias de necesidad de transporte, tanto de personas como de materiales, hemos ido perdiendo las calles. Es decir, estamos perdiendo el carácter humano de las calles, que deriva a la generalidad de la ciudad. Hemos llegado a un punto en nuestra civilización, en la que anteponemos la necesidad de utilizar el coche, y ello se evidencia hoy día en lo que se han convertido las ciudades del siglo XXI, ciudades pensadas para un uso rodado, viario, en donde el peatón se mira como algo en segundo plano. Esto se ve reflejado en el texto de François Ascher, donde expone que el rápido desarrollo del automóvil individual trajo una ganancia de rendimiento en muchos aspectos, que se impuso muy rápidamente e hizo que pareciera normal organizar la ciudad a partir de esa circunstancia.

Esto lleva a tener una serie de consecuencias directas, y que a largo plazo serán para mal en las ciudades que desarrollen esta estrategia. El parque automovilístico irá en crecimiento, como consecuencia de enfatizar el uso del automóvil, y con ello la necesidad de crear más espacios dedicados para su estacionamiento, por ejemplo.

En mi opinión, desarrollar estrategias que incrementen el uso de transporte público sería una de las opciones que destierren el uso del transporte individual, ya no sólo por motivos de salud y medioambiente. Para ello, es necesario un estudio minucioso de cómo se estructura la ciudad, el plantearse crear pequeños núcleos dentro de la ciudad que den organización…. Ideas que mejoren las ciudades, y con ello conseguir, ganar la calle.