¿En qué grado y medida tiene que ser planificado un lugar?

El humano y el hábitat funcionan conjuntamente. No se puede entender un lugar sin los humanos que lo habitan y lo viven, pero tampoco se puede entender a las personas sin ese lugar sobre el que se mueve.
Entendemos el sitio o lugar como un sistema en donde confluyen muchos ingredientes: estructuras, espacios, humanos y seres vivientes que lo usan, climas… Por tanto para la correcta planificación de un lugar, debemos de estudiar y conocer el mayor número de ingredientes. Hay que llevar en paralelo el conocimiento del lugar (personas que lo van a usar y estudio del sitio) junto con un estudio de lo que se quiere ejecutar allí. Ambos pasos deben ser reiterativos y complementarse en el proceso de la planificación.  El estudio del lugar te va a dar respuesta sobre lo que debe llegar a ser o sobre lo que se requiere de él; y el pensar en ciertos objetivos te va a dar la necesidad de conocer nuevos ingredientes del lugar.
Nuestra misión es la planificación y organización del ambiente físico para acomodar en él la variedad del comportamiento humano, y para ello hay que dejar cierta incertidumbre y libertad al propio sujeto. No debemos darle todo estrictamente limitado, hay que dejar ciertos límites inconclusos o flexibles para que el humano pueda acomodarse en el lugar según sus deseos.