El sitio, el entorno y todo lo que rodea a un elemento es esencial conocerlo y comprenderlo para actuar con criterio en un lugar determinado.

A menudo, el emplazamiento en la arquitectura no toma la importancia que le corresponde. Cualquier edificio está condicionado por el lugar en el que se encuentra y el espacio que lo rodea, esto debemos tenerlo en cuenta a la hora de intervenir en cualquier lugar, ya que el arquitecto es en gran medida el responsable de los cambios que se producen en un lugar.

Si miramos la arquitectura de siglos atrás podemos observar como construcciones que han sido realizadas con materiales del sitio en el que se encuentran han llegado a convertirse en lugares magníficos. Puede que esto tenga alguna relación con la aceptación del entorno como parte fundamental de un proyecto, un edificio es una parte más del espacio que ocupa.

Un lugar también se compone de personas, culturas, recuerdos e historia. Debemos pensar en el rechazo que puede producir en las personas una intervención en un lugar que ya está aceptado como es, siempre teniendo en cuenta que el fin de la arquitectura es mejorar la vida de las personas. Un arquitecto es un servidor de la sociedad.

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