Koolhaas comienza su crítica hablando del engaño del movimiento moderno ante las promesas de una mejora en el urbanismo, todas ellas acabadas en utopía. Más adelante, ridiculiza a todos aquellos urbanistas que critican todo esto mientras se respaldan de las teorías clásicas de la construcción de ciudades, cuando se sabe que son totalmente inviables. Y finaliza atacando a todo aquel arquitecto que ha tenido la desfachatez de crear una vivienda aislándose del resto, como dejándole a otro la tarea de hacer funcionar la urbe. 

Es por esto que Rem propone un nuevo punto de vista hacia el urbanismo:

1. Que le coma el terreno que en su día le arrebató la arquitectura.

y 2. Que no se dedique a darle la espalda a los problemas de la ciudad, y que en vez de generar nuevas zonas sin errores, se corrijan los de las zonas que ya existen.

Estoy muy de acuerdo con este último punto; la ciudad ya existe. Ahora solo tenemos que moldearla de forma que funcione correctamente, no abandonarla a su suerte y generar nuevos urbanismos, cruzando los dedos por que estos no se nos vengan abajo.