El documental sobre La escala humana hace alusión a determinadas ciudades que, o bien por motivos históricos, o accidentales o caóticos son de las más importantes hoy en día. Se habla de la morfología de cada una y de las distintas formas de habitar en ellas las personas.

Ciudades que en su mayoría fueron pensadas para el automóvil han tenido que ir sufriendo transformaciones para adecuarse al verdadero habitante que es el hombre. Y es que la historia ha pasado por muchas fases, y aún tenemos el legado que nos dejaron los modernistas anti personas. Eso y considerando que somos una sociedad en continua expansión hace que dentro de unos años las ciudades se nos queden pequeñas y por ello los gobiernos deben escuchar a los ciudadanos, escuchar qué quieren en sus ciudades, dónde realmente les gustaría vivir, cómo les gustaría ir a trabajar…

En mi opinión y tal como dice el documental estamos en una sociedad plenamente capitalista donde los intereses económicos influyen profundamente en la forma de construir las ciudades. Los habitantes no quieren edificios altos pero las empresas necesitan ganar dinero y por ello los construyen, al igual que las personas somos animales y por ello el contacto con la naturaleza y con las demás personas es vital para nosotros y por eso odiamos tanto esas grandes ciudades, ajenas, frías, miserables…

Por eso la situación que se presenta es la siguiente: sabemos cómo queremos vivir, pero tenemos en nuestra contra una población que crece incansablemente, empresas que necesitan rendimiento, suelo limitado y recursos que no son infinitos. Y es que planificar puede ser una tarea fácil cuando conocemos el objetivo, pero hemos destruido tanto las ciudades en las últimas décadas que un ajuste costará ahora mucho más. La pregunta es cómo hacer ciudades para personas y cómo hacer más con menos.

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