El papel principal del arquitecto es mantener la ciudad viva, construyendo un vínculo de unión que hace que la misma arquitectura que era válida hace muchos años cambie con nuestra evolución, y que en un futuro tenga la capacidad de adaptarse a las necesidades que marque el progreso de la población.

A la hora de realizar una intervención en la ciudad ha de tener en cuenta muchas variables puesto que tiene que haber una conexión entre espacios interiores, espacios exteriores y el territorio. Aquí entraría la creación de espacios verdes que conecten con la naturaleza y que sirvan de pulmón a la ciudad, y vías que sirvan de conexión de un lugar a otro de la manera más rápida y efectiva posible.

Y por último, uno de los objetivos más importantes del arquitecto: transmitir sensaciones. Esto demuestra que no basta con una buena interpretación de las necesidades de los residentes, sino que la arquitectura busca provocar.