La ciudad es una idea <representación mental de algo, ya sea material o inmaterial, real o imaginario, concreto o abstracto>. Una idea que cambia, de desarrolla y evoluciona. No es homogénea, no es estática y no es sólida. Es por tanto que necesita dirección, necesita un cerebro que la conduzca, que la explore y la dirija.

Podríamos decir que ese cerebro, es el arquitecto. Alguien que, a diferencia de muchos otros grupos de colectivos, se esfuerza por conocerla y sacar lo mejor de ella. Alguien que como un padre guía a su hijo, guía esta ciudad para llegar a su potencial.

(heterogénea)

Pero esta idea, sin forma, abstracta, esta en realidad formada por personas, por vidas, comunidades, intereses, preocupaciones, generaciones… que también se desarrollan, y cambian, y a veces se sobreponen con otras, unas veces uniéndose, otras explotando. Como un antropólogo <profesional científico, con un amplio conocimiento de la antropología y que utiliza este conocimiento en su trabajo, por lo general para resolver problemas específicos a la humanidad> de la sociedad, el arquitecto se esfuerza en conocer sus inquietudes, dificultades, intereses… mutando el entorno en aquello que se necesita, resolviendo el entramado social y espacial. Es capaz de solucionar problemas que la sociedad denuncia, problemas que la sociedad todavía no ha visto o que todavía no han sucedido.

(dinámica)

Hablamos por tanto de historia <conjunto de estos acontecimientos y hechos, especialmente los vividos por una persona, por un grupo o por los miembros de una comunidad social>. El arquitecto no puede estar ajeno a ella, como buen observador, debe analizarla y conocer bien dónde está. La ciudad ha ido evolucionando a lo largo del tiempo según sus necesidades, a veces descontroladamente y otras no. Esto nos habla de ella, de cómo se comporta, de qué necesita y de cómo se satisface. El arquitecto leerá en ella, y determinará como aportar a esta sociedad actual lo que le pide, pensando en el futuro y teniendo en cuenta el pasado. Al fin y al cabo, todo son variables.

(flexible)

Todo son variables. Y la ciudad no es sólida <cuerpo que, a diferencia de los líquidos y los gases, presenta forma propia y opone resistencia a ser dividido>. Gracias a ello, la ciudad puede adaptarse a nuestras necesidades, y el arquitecto puede ser quien es, puede transformarla, dividirla y volverla a agrupar, desorganizarla y volverla a organizar.

La idea es libre.

La ciudad cambia, quiere cambiar o necesita cambiar.

El arquitecto observa, analiza y resuelve.

Ese es su papel en el urbanismo.

Foto de portada: urbanprojectsbureau.com