Durante el curso hemos aprendido varias formas de afrontar un proyecto urbano, entre otras; analizar los ejes que marcan una ciudad, su intención, desarrollo de trama urbana alrededor de éstos; espacios verdes como lugares sociales que dan protección (sombra), recorridos de la gente y que hace estos lugares más agradables; formas y orientación de los edificios para buscar luz, etc.

Todas las técnicas y formas de afrontar proyectos urbanos en las ciudades sin duda nos servirán para el desarrollo de nuestra profesión como arquitectos; pero sin duda lo más importante y sin lo que no sería posible desarrollar todas estas técnicas es, hacer la arquitectura accesible a los ciudadanos.

De nada sirve la técnica si los ciudadanos que van a vivir y disfrutar de la intervención no se sienten cómodos ni escuchados para contar los problemas que su zona tiene. Todos los debates que hemos realizado en clase, análisis de textos y propuestas urbanas nos hacen ver que el urbanismo sirve al fin de satisfacer una necesidad social; y como fin social debe tener y albergar todas las opiniones de sus beneficiarios, moderadas y supervisadas por el técnico profesional.

Considero por tanto que, la lección más valiosa del curso es haber aprendido a ser primero ciudadanos antes que arquitectos al afrontar problemas urbanos, lo que nos hace cercanos, sensibles y racionales para buscar soluciones en el territorio.