La ciudad no se compone solo de las decisiones de los arquitectos y tampoco sus actos deben ser indiferentes para las personas. Pienso que la relación arquitecto-sociedad está tan poco reforzada que ambos bandos cogen caminos distintos y pocas veces se ponen de acuerdo. Por eso el concepto de ciudad lo forman todas las instituciones de la ciudad y no solo la arquitectura. El crecimiento de  las ciudades se dio sin pensar la relación de los edificios unos con otros. En su tiempo lo que importaba era dar cobijo para las personas, pero creo que no pensaron que las personas no pasan todas las horas en una casa metidos y que tienden a salir, relacionarse, interactuar,… He ahí el verdadero alma de la ciudad, las personas originan ese alma dando vida al espacio público. Por eso poco a poco la gente va reclamando más espacio.

Sabiendo que cada ciudad es diferente, se tiene que tener en cuenta que las fachadas de los edificios son también ciudad y no solo un elemento separador de espacio público y privado.