"La cantidad es la causa perdida de este siglo", comienza Koolhaas este texto en el que pretende destacar lo irónico del urbanismo.

Pero, ¿hasta qué punto se ha permitido que el caos reemplace al urbanista? Tras una  época de planes estudiados al milímetro como la Ringstaße en Viena o el plan Cerdá de Barcelona, ahora el urbanista solo se limita a observar cómo la ciudad avanza, crece, muta sin hacer nada para encauzar el frenético ritmo que esta ha alcanzado. La población aumenta exponencialmente y el urbanismo no se ve capaz de crear planes urbanísticos fuertes. Sin embargo, sí teoriza, pero se ve incapaz de llevar al plano de la realidad. Finalmente realiza planes pobres que no mejoran las conexiones sociales, solo satisfacen la redistribucion de la población.

El texto finaliza hablando de la “luz al final del túnel” y quizá llegue ese momento en el que un grupo de arquitectos concienciados y de fuertes ideales consiga despertar al gremio adormilado de los urbanistas y devuelvan a las ciudades el trato que merecen.