Me agrada que el autor del texto se exponga con ejemplos y diagramas que ayuden a entender el tema y darnos una visión o tratarlo de hacer más sencillo, además de poner ejemplos claros de ciudades.

Según destaca, las ciudades naturales se organizan en retícula y las artificiales como un árbol, es decir de un conjunto de elementos, emerge una relación con otro elemento u otro conjunto de elementos entre sí, pero no entre ellos.

A mi entender estoy de acuerdo en que en los sistemas más aleatorios son los que relacionan los axiomas mejor entre sí. Sin embargo, es más fácil que esto funcione en sistemas más pequeños como por ejemplo pueblos o aldeas pequeñas.

En el texto ejemplifica la extensión Tokio diferenciando anillos distintos por cada elemento, los menores, medianos y mayores. Los barrios residenciales se relacionan entre sí, las oficinas… pero no entre ellas. Este claro ejemplo se cumple en la mayoría de las metrópolis importantes hoy día. En mi opinión si es verdad que quizás pueda excluir los conjuntos industriales del resto, por aquello de la contaminación y que no afecte a la vida cotidiana.

El ser humano tiende a ordenar y organizar todo de manera sistemática o jerarquizada. Resuelve los problemas complejos transformándolos en otros más pequeños. Hace pequeños paquetitos de muchos elementos y eso puede perjudicar a las ciudades y su relación entre los elementos de la misma. En general quizás sea complejo el truco, porque estamos acostumbrados a planificar y organizar, pero a veces en los juegos aleatorios, con una justa organización, reside el buen urbanismo.