El aspecto que trata De Solá-Morales sobre la falta de emoción en las ciudades me parece muy acertado. Muchas ciudades, sobre todo los nuevos barrios y bulevares tienen una falta absoluta de emoción. Manzanas que son prácticamente idénticas y que si no vives allí es muy fácil perderse. Estarán muy bien resueltas pero no emocionan, que es un aspecto fundamental en la ciudad.

Otro punto es el de las malas arquitecturas de la ciudad, construcciones autistas que no tienen nada que ver con el entorno y que no se relacionan con él. Más que proponer el derribo habría que buscar un método para que esa tipo de arquitecturas no se construyan, pero es muy difícil hacer unos criterios sin que limiten una verdadera capacidad creativa.