La planificación de la ciudad, de barrios e incluso de elementos mínimos como es la vivienda, es una práctica que debe realizarse atendiendo a quién habitará en ellos, las personas. Esto conlleva una concienciación de los profesionales que dan forma a esos lugares, quienes deberían atender a las necesidades de ese núcleo de población y actuar en consecuencia.

Mucho de lo construido que encontramos hoy en día es producto de intereses económicos, de una pésima gestión, de proyectos diseñados para ganar la simpatía del pueblo,….que poco consideran  las necesidades reales de los residentes.

Un plan urbano ideal debería ser atemporal y ser capaz de evolucionar conjuntamente con las necesidades de la población, así mismo, que intente atender a posibles cambios futuros tales como líneas de transporte, servicios, espacios públicos y naturales…

Para que la ciudad atienda a todos estos factores, el planeamiento urbanístico debería desarrollarse como una colaboración multidisciplinar, es decir, atendiendo a cada uno de los aspectos que interfieren en la vida de la sociedad, sean urbanistas, expertos en transporte, educación, profesionales en medio ambiente, sociólogos, … y todo ello sostenido con la opinión del pueblo.