En estos meses de curso hemos visto qué elementos componen y definen los espacios urbanos. Estos elementos son muy variados y no cualquier actuación puede hacer del espacio algo que sea urbano e interesante. Así, hemos visto, como una misma propuesta para un espacio urbano, puede ser la mismas para dos ciudades, pero nunca encontraremos dos espacios en el que el cómo se haga se igual, ya que las características de este siempre difieren.

      Yo como futuro arquitecto, a la hora de intervenir en la ciudad, no sólo he de tener en cuenta qué he de hacer en ese espacio, sino qué arquitectura voy a generar a su alrededor, o qué va a pasar con la que ya existe, de qué manera se van a relacionar esos espacios con mi intervención urbana.

      Así la calidad de la intervención depende, entre otras cosas, de cómo se traten determinados lugares. Encuentros con otras zonas, etc. Manuel de Solà-Morales decía que un espacio urbano gana en calidad cuando no se pueden distinguir los límites de éste. Con esto expresa la idea de que todo espacio urbano debe estar conectado con otro, y así sucesivamente, creando ciudad.

     Por último sería intentar como arquitecto que todos los posibles proyectos que realice, aporten algo a la ciudad. Es decir, cuando esté proyectando debo preguntarme qué estoy aportando a la ciudad con este edificio, o con esta nueva plaza, etc. Que no sean meros gestos formales, sino arquitectura y urbanismo.