Si nos hubieran hecho esta pregunta al comienzo del curso la mayoría de nosotros no hubiese sido capaz de contestar y, en el caso de haberlo hecho probablemente la respuesta hubiese sido “Nada”.

Sin embargo, tras haber pasado estos cuatro meses de clase se nos han dado a conocer una serie de recursos que nos pueden ayudar a dar respuesta a esta pregunta, quizás no una respuesta muy precisa, pero al menos una que va más allá del nada.

Es cierto que nosotros desde nuestra condición de estudiantes no somos capaces de cambiar mucho de nuestras ciudades, y menos aún nosotros solos. Pero ahora contamos con unas herramientas que nos hacen interesarnos y cuestionarnos algo más lo que ocurre a nuestro alrededor, que nos incitan a indagar más en ello y que nos permite compartirlo con el resto de personas. Quizás nosotros solos no podamos llevar a cabo muchas acciones, pero debemos recordar que ciudad somos todos. De esta manera a partir de reunirnos y organizarnos, podemos conseguir mejorar un poco más nuestras ciudades, y quien dice un poco dice también mucho. No es necesario ir al ayuntamiento con una serie de planos y una gran intervención para cambiar las cosas, sino que con pequeñas acciones, como poner una serie de alfombras en medio de una plaza o crear concursos de opinión pública sobre nuestra ciudad y nuestros edificios (como algunas compañeras nuestras nos presentaron) podemos conseguir llegar al resto de la ciudadanía y, aunque sea solo durante unos instantes, mejorar nuestra ciudad. Lo único que realmente necesitamos es concienciarnos y superar nuestros condicionantes y la pereza.