Partamos de una afirmación real: -el espacio es una cualidad que se imbrica, que se superpone en lo material de los lugares que se habitan, podemos ver, vivir y disfrutar del bosque, desde dentro y desde fuera para trabajar en el diseño de los espacios- para crear lugares a partir de una idea, fácil de asumir pero no tan sencilla de utilizar, NO TODOS LOS LUGARES SON IGUALES,  a pesar de que se difundan patrones establecidos para la Arquitectura, y es que las cualidades de un lugar cambian con el tiempo, quedándonos encorsetados en una época, sin entender la ciudad como un ente con características e historia propias.

Es a partir de esto cuando debemos plantearnos, como arquitectos  responsables, encargados de dar el paso de lo inexistente a lo realizado, como puede preservarse la diversidad o identidad de cada parte o de cada momento del diseño sin renunciar a aquello que debe pensarse e inventarse globalmente?

Rosa Barba pone de manifiesto los ejes urbanos que han definido siempre una ciudad y que actualmente tienen cabida como solución a estas, pues en definitiva los ejes han sido las líneas generadoras de muchos ensanches, ellos conducen los flujos y la vida de la ciudad, permitiéndonos conocerla desde su interior, nuevos espacios que hacen crecer la ciudad, que envuelven al viandante, accesos a la arquitectura, acercamientos.

De estos ejes se derivó EL ENSANCHE, que demuestran la necesidad de un crecimiento ordenado del territorio, mostrando de tal forma los niveles de desarrollo humanos y su capacidad para dominar el entorno que la rodea, que a su vez permite al ciudadano percibir mejor el lugar en el que vive, y llegar a comprenderlo.