Bien nos hace saber que el marco de estos 'mandamientos' que propone Ascher está centrado en las ciudades del mundo occidental, y generalmente podemos englobarlas a la mayoría de ellas ya que han sufrido transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales medianamente paralelas.

Ya que este sociologo entiende bien la Memoria (insisto) de estas ciudades, propone (actuando de forma crítica a esta memoria) a un urbanismo de 'dispositivos'. Un urbanismo donde la figura prometeica no tiene cabida y da lugar a un urbanismo por el urbanismo. Este concepto se trata en establecer horizontes, unos horizontes democráticos establecidos por la reflexión y la negociación (una negociación totalmente extenta del ámbito económico) de objetivos que se van sucediendo linealmente en el tiempo conformando cambios en el contorno urbano. El nuevo urbanismo deberá atender a cuestiones participativas donde el ciudadano de a pie sea un miembro más, flexible a posibles cambios de horizontes que se presenten accidentalmente, un urbanismo que no se identifica con diseños rígidos que no le permita articular movimientos y cesiones que puedan ocasionarse.

Dicho así, termino con las palabras del autor, un urbanismo ambicioso que necesita más conocimiento, más experiencias y más democracia.