Con el confinamiento surgió algo extraño en mi calle. Obligados a presenciar un único paisaje de altos edificios residenciales y estrechas calles acaparadas por coches, la gente comenzó a necesitar verde. Y los balcones (aquellos que no estaban cerrados o desocupados) se llenaron de plantas, que crecieron una barbaridad durante este extraño verano.

En unas calles tan estrechas y frecuentadas, sin espacios verdes ¿de verdad nos conviene dedicarle un espacio de 3/5 partes al vehículo privado, y más en un barrio de estudiantes (que no suelen tener coche)?¿No es hasta peligroso en la era de la distancia personal?