Anaëlle.Galès

Desde el final de la confinamiento, las actividades han retomado lentamente su curso, pero con las nuevas condiciones un poco particulares propias del Covid-19: mantener distancias entre las personas, evitar los lugares confinados más favorables a la propagación del virus. No es fácil adaptar estas condiciones a todas las actividades, pero la mayoría de la gente intenta hacer lo mejor que puede. Así es como vimos a los clubes deportivos entrar en los parques. Si estos espacios ya eran muy utilizados por los deportistas, se encontraban más bien corredores, ciclistas. Desde el final del confinamiento, he visto en los parques, en los muelles, grupos de bailarines, practicantes de las artes marciales, ejercitarse en el exterior para limitar la propagación del virus, respondiendo a la necesidad de deporte, de exterior y de vínculo social que sienten. Más que nunca, los espacios amplios, abiertos, compartidos y libres de interpretaciones se muestran indispensables para la ciudad y para el bienestar de su población.