En este tiempo que hemos vivido dentro de nuestras casas no ha llevado a valorar la importancia de pasar parte de nuestro tiempo en contacto con el exterior, naturaleza o vida cotidiana, y llegado a este punto nos ha llevado a ver las carencias que tienen nuestras viviendas o nuestros entornos de residencia.
El simple echo de tener unos metros cuadrados en el exterior de viviendas, patios, balcones, terrazas, etc. Han configurado nuestro día a día en este largo periodo de vivencia en casa y ha hecho que las personas que no contaban con estos recursos hayan pasado el confinamiento de otra manera menos cómoda y el ver desde nuestras ventanas o balcones, los parques cerrados, donde se salia a hacer deporte, jugar con los niños o simplemente donde pasar la tarde o pasear, no ha ayudado.
Todo esto nos lleva a ver como aunque lo hayamos convertido en algo cotidiano, esos lugares de ocio al aire libre son parte de nuestras vidas y en este tiempo en el que eso se nos ha quitado, hemos buscado cualquier excusa para salir a la calle, como por ejemplo, tirar la basura, una tarea que nunca se ha querido hacer o se hacia cuando se iba a algún lado, y en este tiempo ver como los hijos en las familias se peleaban por salir a tirar con tal de bajar a la calle y tomar aire, aunque fuese a través de una mascarilla.
En conclusión, las personas necesitamos tanto el vivir en casa como pasar tiempo en la calle ya sea de ocio, trabajando o en el parque, en todas sus modalidades y diversidad de cosas que llevar a cabo, siempre y cuando sea un equilibrio entre ambas partes y este al alcance de todos.