El arquitecto o el urbanista condicionan la vida de las personas con sus decisiones.

Las proporciones de un edificio o de un planeamiento para una ciudad tienen que tener siempre presente la escala humana, y limite que tiene una persona para asimilar el espacio que le estas proponiendo.

El movimiento moderno planteo unos planeamientos para ciudades con graves problemas de escala humana y de relaciones entre ciudadanos, que generaron el aislamiento y la zonificación de usos.

Esto desemboco en el problema actual de nuestras ciudades con distancias inabarcables y con la aparición de ciudades dormitorio y de ciudades económicas, en las cuales la escala y el uso hibrido tan necesario en el ser humano se pierden. La proximidad uno de los pilares de la ansiada escala humana se perdió con estas decisiones tomadas pensando más en la mayor eficiencia del terreno que en el ser humano.

En conclusión la escala humana debe ser el pilar donde se erijan los planeamientos futuros y actuales de las ciudades para lograr espacios más habitables y agradecidos.