En el texto nos hablan sobre lo mucho que influye un buen emplazamiento y la composición del lugar en nuestra calidad de vida, que debemos de poner un orden al crecimiento espontáneo de las ciudades y a la localización improvisada de las cosas y que debemos de ir de lo particular a lo general.

Aunque estoy muy de acuerdo con que el emplazamiento condiciona nuestro modo de vida (porque la vivencia en el espacio y las actividades realizables en él varían si se desarrollan de una forma determinada u otra), personalmente creo que realmente no podemos prever qué pasará en el futuro y por tanto no podemos ordenar la ciudad con todos los eventos impredecibles que van ocurriendo, pero sí que podemos crear espacios que se vayan desarrollando conforme al contexto y necesidades que vayan surgiendo, porque esto además es lo que da identidad a un lugar, el qué hacen los habitantes con los espacios que se les brindan. De otro modo estaríamos sometiendo todo a unas reglas tan rígidas que solo conseguiríamos una sucesión de “soluciones plantilla”, carentes de carácter.

Imagen: Episodio 15 de la temporada 18 de los Simpsons en el que Bart y Lisa disponen de tanto espacio libre de jardín que construyen un castillo con cajas. En otros episodios hacen fiestas, aparcan caravanas, montan una pista de tenis, una piscina e incluso un huerto. Los espacios no determinados dan paso a que el usuario los pueda adaptar según la necesidad.