Empieza diciendo que la arquitectura no es solo teoría, deben ir acompañadas de la experiencia que viene dada por la construcción la materialidad. Creo que las teorías están muy bien pero  que se aplicaría a una arquitectura tratada  como un objeto inmaterial, entiendo  la arquitectura como algo que alberga vida que da lugar al movimiento , algo muy orgánico lleno de vida que le viene dada por nosotros,  las personas que rodeamos un edificio ,que lo vemos que lo tocamos que lo habitamos… a escala pequeña y grande ,la ciudad , y somos nosotros los que recibimos esa piel, las texturas como algo amigable y reconocible o como algo que nos genera rechazo.  Al igual que dice de  morales cuando dice que” la ciudad es una maquina rica y diversa” y lo es por nosotros.

Critica a los arquitectos de elite que suelen crear objetos ajenos a lo que les rodea , como cuando se hace un edificio nuevo y por su altura tapa las vistas del paisaje que daban a una calle robando, el  edificio, esa visión a todos los ciudadanos que caminen por ella ,transformando la ciudad con un gesto que parece tan simple. Manuel morales añade que debería proponerse la demolición de esos edificios como un aprendizaje para todos. Y no pasa nada por querer recuperar un lugar, porque en este cado demoler se refiere a recuperar algo que nos pertenece y no solo a nosotros a todos los seres, como hacen en el escarabajo verde un documental  que cuenta el proyecto de la demolición del club Méditerranée en la costa Brava, no cuenta la demolición sino, la recuperación de un lugar.

 Esa es la labor del arquitecto, actuar para dar lugar a la vida. Actuar pensando que es por y para todos los seres.