Concebir la arquitectura como algo material, aquella que se desarrolle socialmente y sirva para las personas y no para quedarse de forma teórica en hojas de papel.  Aquella que nace del deseo de hacer no arquitectura monumental sino de calidad, que mejore la vida de los ciudadanos.

A su vez es importante concebir los edificios no como algo individual sino como el todo que conforma la ciudad, una ciudad que gana interés a media que prolifera en ella la diversidad en sus elementos, en sus formas de vivirla.

Tenemos que saber leer el carácter que tiene cada lugar, la materialidad que  se mueve en él y a partir de ahí  tomar de su piel, es decir, de todo aquello que sentimos mientras caminamos la ciudad, los aspectos positivos e intervenir en aquellos que son problemáticos con el fin de proporcionar una mayor calidad. 

Imagen desde:   http://scg.iec.cat/Scg9/Scg90/S92211.htm