Hoy día vemos como se denomina espacio público a cualquier hueco en la ciudad que se rellene, a veces con gran cantidad de elementos innecesarios que solo sirven para distraer a las personas de la verdadera esencia del lugar.

Cada lugar necesita tipos de intervenciones diferentes dependiendo de sus necesidades, algunos pedirán reformar espacios que se han quedado anticuados dándole nuevas formas, otros afrontar nuevos ámbitos del crecimiento urbano con el fin de dotar al lugar y a las personas que habitan en él dignidad.

Son todas estas intervenciones las que llevadas a buen cabo hace que los ciudadanos sientan como suyas: las calles, colegios, bibliotecas,.. en definitiva espacios públicos que los marcan.

Últimamente se han realizado gran cantidad de intervenciones que tienen tras de sí el esfuerzo de numerosos profesionales pero también entre tanta cantidad de proyectos surgen intervenciones sin sentido en las que se copian figuras y modelos, se derrocha dinero y se desvincula el espacio público como espacio colectivo. Muchos de estos proyectos buscan cambiar la envoltura de las ciudades formadas en su mayoría por el pavimento pero no buscan transformar más allá de ello la trama mejorando las relaciones y la calidad de vida de los ciudadanos desde sus raíces.

No consiste en hacer un proyecto de gran simplicidad que se desvincule con el entorno sino en que cada pequeño detalle llegue a las personas y se haga sentir suyas, sin ningún tipo de límites.