Urbanismo I ha sido la primera asignatura que nos pone en contacto con la ciudad. Al principio de curso la mayoría no sabíamos lo que era el verdadero significado del urbanismo ni el papel del urbanista, lo veíamos como una rama de la arquitectura y al urbanista como a un arquitecto pero con una misión diferente, el dedicarse exclusivamente a la ciudad. Urbanismo y arquitectura eran dos cosas diferentes.

Muchos urbanistas suelen pensar que los arquitectos se preocupan más por sus edificios que por la gente que los habitará o utilizará

Sin embargo, durante estos meses se nos han planteado diferentes proyectos en los cuales debíamos de conocer la ciudad e intervenir en ella como urbanistas y como arquitectos. Teníamos que hacer que ambas unieran fuerzas para superar los retos que se nos planteaban.

Para empezar tenias que conocer la ciudad,  investigar sus formas, sus trazados, estudiar sus arquitecturas y los usos de cada una, etc. Jugabas en el papel del urbanista y poco a poco te ibas metiendo en la piel de las personas que residían en esa ciudad, de repente te encontrabas pensando en cosas como: si las diferentes zonas de la ciudad estaban bien conectadas, cómo sería vivir en ese barrio o si había suficientes zonas verdes. En definitiva, reconocías los aspectos positivos que ofrecía y criticabas lo que creías que eran los aspectos negativos y que deseabas poder cambiar.

Es aquí cuando tenias que jugar, además, en el papel del arquitecto. Te dan la oportunidad de  intervenir para mejorar o cambiar algo cuyo fin es mejorar la vida de los habitantes de esa ciudad y para ello tenías que utilizar tanto tus conocimientos arquitectónicos como los la ciudad.

En conclusión, con esta asignatura he aprendido que no tienen porque ser cosas distintas, que la arquitectura puede aportar muchas cosas a la ciudad en conjunto con el urbanismo y que el fin de ambas tendría que ser mejorar la vida de los habitantes.