Las ciudades modernas no tienen en cuenta de lo que es la dimesione del hombre de sus intereses y de sus relaciones, en consecuencia, las poblaciones no viven las ciudades, están inmersos dentro de un remolino que les lleva a conducir un estilo de vida mecánico.

Estas grandes ciudades impidiendo los movimientos a escala humanos llevan a la formación de una población que no será humana, que no se preocupará de otros hombres.

La vida puede empezar cuando se da a las personas la capacidad de concebir algo, cuando ellos mismos deciden cómo organizar su jornada, haciendo lo que quieren . Esto sucederà cuando se empezarà a pensar en un espacio de dimensiones humanas.

La vida en una gran ciudad es al mismo tiempo fascinante y problemático. Las grandes ciudades ofrecen muchas posibilidades para la realización de sus expectativas, son el sueño de muchos jóvenes que quieren ser independientes y hacer muchas experiencias. Pero, también nos ponemos de frente a situaciones problemáticas, como la contaminación que lleva a problemas climáticos y de salud, y la soledad causada por la creciente indiferencia que los hombres tienen entre sí.

Los planes de las grandes ciudades han evolucionado desde hace muchos años para adaptarse a los continuos cambios pero lo han hecho de forma bastante incompleto, con escasos influencias positivas sobre los estilos de vida de las personas. Se han cometido muchos errores y ahora es tarea de los ingenieros, arquitectos y planificadores dotarse de todos los instrumentos necesarios para dar a las personas de los espacios a escala humana, espacios adecuados a sus intereses.