La breve pero concisa reflexión de Rem Koolhaas acerca del URBANISMO me ha hecho darle una vuelta de tuerca a lo que se entendía y actualmente entendemos por este concepto y la arquitectura en general.

Gran parte del colectivo y muchos arquitectos (los menos buenos) entienden a las ciudades como algo estático que sufre pequeños cambios con el paso del tiempo, pero no es así; antes, se desarrollaban planes urbanos con más visión al futuro, con ánimo de perdurar y actualmente, la ciudad, que crece a ritmos vertiginosos día a día, necesita un planteamiento FLEXIBLE, algo VIVO y en continuo CAMBIO.                                                                                                                          Es por ello que los modelos de "hacer ciudades" de antaño están obsoletos al haber desaparecido esa constante de continuidad en el tiempo y que un diseño cerrado al crecimiento y evolución de la sociedad no va a hacer mas que acelerar la decadencia de la propia ciudad. Aun así, pese a la poca presencia del urbanista, la ciudad crece impasible ante la mirada atenta del mismo: ¿Ya no me necesitan? ¿Qué debo hacer para estar a la "moda"?                                  La solución es clara aunque compleja, escuchar lo que la propia ciudad tiene que decir: dirigir nuestros esfuerzos no a que funcionen antiguos modelos sino a desarrollar otros que respondan mejor a nuestras NECESIDADES.

El que esté desapareciendo esta profesión se debe a que no se atiende a la realidad y contextos actuales: pretendemos crear ciudades en el s.XXI con ideales del s.XIX-XX. Eso no funciona.   Hay una cosa que debemos entender, el arquitecto YA NO CONTROLA a la ciudad, es su "alumno aventajado" y como tal rechaza que lo controlen pero si acepta sin recelo que lo guien.

Así pues, el nuevo urbanismo ha de ser aquel que sepa POTENCIAR y acentuar las virtudes de la ciudad, ese que no sature de "medicamentos y tratamientos" a algo enfermo y decadente produciéndole efectos secundarios y en su lugar evite que empeore o que, en el mejor de los casos y siendo optimistas, mejore.                                                                                                             No seamos pues reticentes a ayudar a la ciudad, a ayudarnos, arriesguemos, la SALUD de la ciudad depende de ello.

Por tanto, ahora debemos de mejorar las condiciones de la sociedad que habitamos, una sociedad decadente, una sociedad con cada vez menos valores pero... ¿y qué? ¿quién tiene tiempo para ellos?